Un nuevo hito en sostenibilidad gracias a Blue Banana

Coincidiendo con el Día Mundial del Reciclaje, Blue Banana presenta un importante proyecto de circularidad con el que da una segunda vida a sus antiguas camisetas, sudaderas y hoodies.

Blue Banana refuerza su compromiso con la aventura y la naturaleza y lanza Cosmos-Circularity, su primera colección de ropa fabricada con el algodón orgánico resultante de reciclar antiguas prendas de su catálogo.

Según diversos organismos internacionales, aproximadamente el 85% de toda la ropa producida en el mundo acaba en vertederos. En 2022 la industria de la moda rápida produjo el doble de productos que en 2000. Ante esta problemática y coincidiendo con el Día Mundial del Reciclaje, la marca se embarca en un nuevo proyecto de Responsabilidad Social Corporativa con el lanzamiento de una camiseta de manga corta y otra de manga larga, además de una hoodie (sudadera con capucha) hechas en un 40% con el propio algodón orgánico resultante de reciclar sus antiguas prendas. El 60% restante es algodón GEC® (Good Earth Cotton), el programa internacional que trabaja para apoyar a comunidades y agentes involucrados en el sector algodonero. De esta manera, Blue Banana evita el impacto que esta ropa generaría de otro modo. La colección forma parte de la línea Cosmos Limited Edition que la marca lanzó en 2021 para concienciar, a través de prendas e historias, sobre diferentes realidades medioambientales del planeta.

Cambiar el mundo cambiando el modo de vida de la gente

Blue Banana nació en 2016 con la misión de empoderar a las nuevas generaciones a hacer de su vida una aventura. La firma cuenta desde sus primeros años con un gran número de seguidores jóvenes y conecta con ellos a través de proyectos inspiracionales con los que muestran una forma diferente de vivir y entender la aventura.

Reacios al fast fashion, pero honestos con el sector al que pertenecen, pronto empezaron a desvincularse de la parte más negativa de la industria textil y se convirtieron en la primera marca española de ropa carbon negative, es decir, que desde 2021 compensan el doble de las emisiones de CO2 que emite su producción. Lo consiguen financiando proyectos de purificación del aire, coordinados por las Naciones Unidas.

Además, todas las tiendas y oficinas de Blue Banana son net zero (no generan CO2) y su packaging es reciclado o reciclable. Sus prendas son mayoritariamente de materiales sostenibles como el algodón orgánico o el poliéster reciclado y en todo este tiempo han experimentado con numerosos tejidos innovadores como la fibra de ortiga, de algas marinas o de cáñamo.

«Estamos tomando todas nuestras antiguas prendas de algodón orgánico y reciclándolas para conseguir un nuevo tejido, dándoles una nueva vida, evitando así un impacto negativo gravísimo en el medioambiente», comenta Nacho Rivera, co-CEO de Blue Banana.

«Blue Banana no va a participar en ese ciclo destructivo de generación de residuos textiles. Ahora tenemos un montón de esa materia prima reciclada que seguiremos usando en diferentes colecciones en los próximos años», comenta Juan Fernández-Estrada, co-CEO de Blue Banana.

El lado oscuro de la moda desde el desierto de Atacama

El desierto de Atacama en Chile, conocido como un destino mágico para viajeros y aventureros, se ha transformado en los últimos tiempos en una gran preocupación medioambiental al convertirse en uno de los vertederos más grandes del mundo para empresas de moda rápida de Europa, EE.UU. y otros países del Norte Global.

Blue Banana ha viajado hasta allí de la mano de Carlota Bruna, reconocida en redes sociales por su faceta como activista climática para contar, a través del documental “Wonder to Wasteland”, el lado más duro y honesto de la industria de la moda y su impacto en uno de los lugares más bellos del planeta. El film se estrena el lunes 21 de mayo a las 19.00 en las redes sociales de la marca como parte de la campaña de comunicación del proyecto de circularidad.

«Se estima que la industria de la moda produce más de 90 millones de toneladas de desperdicio textil al año que terminan en vertederos, como es el caso del que visitamos en el desierto de Atacama. El proyecto de circularidad nos permite distanciarnos de este tipo de prácticas del mercado, muy comunes, pero profundamente destructivas y seguir construyendo nuestra marca desde un punto de vista mucho más consciente y diferenciador y apuntando a ser cada vez más sostenibles», explica Rivera.

«Este proyecto viene a reforzar nuestro compromiso con la aventura a largo plazo. Comunicar la campaña con Carlota Bruna es un lujo ya que es una de las voces más potentes en temas de medioambiente y sostenibilidad en el mundo», concluye Fernández-Estrada.